Dando continuidad a las publicaciones anteriores,
intentando bosquejar un orden a las cosas que facilite a los lectores la interpretación
de las mismas y, fundamentalmente, compartiendo y aprendiendo en cada una de
ellas; estrenamos esta nueva forma –para nosotros-, de publicar.
Por ello le damos nuestro mayor agradecimiento
a todos aquellos que nos hicieron llegar sus opiniones y comentarios para
intentar mejorar el sitio.
Entonces, vamos a seguir hablando de lo que
empezamos unos días atrás:
Metodología
del entrenamiento
Si hablamos de método, bien podemos hacer
referencia a una forma ordenada y sistemática de hacer algo o, dicho de otra
manera: un procedimiento que seguimos para conseguir algo. Por otra parte, entrenar, es una palabra que
hace referencia a la preparación de alguien para una determinada cosa.
Entonces, con estas definiciones, podemos
concluir que la metodología del entrenamiento está relacionado con un
procedimiento que seguimos para preparar a una persona en una determinada
actividad.
En nuestro caso, como profes de Educación
Física, es fácil acotar un poco más esa definición haciendo alusión a una
actividad deportiva. Sin embargo, nuestra propuesta, intenta ser un poco más
ambiciosa y abarcador a la vez: nosotros pretendemos llevar adelante un método
pero que sirva más allá del ámbito deportivo.
Entonces cualquier lector podría interpelarnos
y preguntar ¿para qué?
Entrenar
un método
Dado que nuestro deseo es trabajar en el entrenamiento
vinculado a la salud, las actividades propuestas, las preguntas a realizar, el
seguimiento del progreso efectivo y la conclusión de los objetivos No pueden
ser meramente deportivos.
Y ello es así porque creemos que no alcanza
con una buena sesión de entrenamiento funcional, muscular o técnico para
conseguir mejoras integrales en la salud.
Está claro que cada persona es dueña de sí
misma y, por lo tanto, por más lectura y recomendación que reciba; puede hacer
caso omiso o dejar de lado cualquier cosa que no crea conveniente o que no le
venga en ganas.
No obstante, consientes de nuestro propio
deseo y quehacer, vamos a trabajar en los distintos campos y con las limitaciones
que existan allí. Y esto se debe a que la Educación Física, como campo
multidisciplinar, debe trabajar en pos de ello y no al revés.
Entonces, planteamos aquí, un gran primer
paso: entrenar un método. Esto quiere decir que proponerse mejorar la calidad
de vida requiere de una preparación para ordenar y sistematizar algunas
acciones (mejor dicho, algunas costumbres).
Como decíamos más arriba, aquí se trata de
buscar un objetivo más integral, por tanto, podemos empezar a hacer este
entrenamiento con lagunas cosillas cotidianas: utilizar las escaleras en lugar
del ascensor (¡no las escaleras mecánicas del subte!); hablar tranquilamente en
lugar de gritar; intentar no explotar ante cualquier situación adversa; acompañar
una rica comida con un vasito de vino en lugar de los tres cuartos; dejar de
una vez por todas el cigarrillo… y así podríamos seguir enumerando todas esas
cosas que nos hacen, si nos permiten ponernos aristotélicos, seres virtuosos.
Pues bien, en este camino, vamos a volver a
publicar algunas notas con información que creemos de importancia para
transitar la senda. No queremos con ello caer en la soberbia ni intentar una
receta magistral para buscar perfeccionismos ilusorios.
Si pretenderemos que, ustedes y nosotros
juntos, podamos conseguir una buena salud entrenando todos los aspectos
necesarios para tener una buena vida.
Sean muy bien venidas las nuevas y renovadas notas,
sugerencias y comentarios!
¡Hasta la próxima!
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