jueves, 22 de marzo de 2018

Reflexiones



Dando continuidad a las publicaciones anteriores, intentando bosquejar un orden a las cosas que facilite a los lectores la interpretación de las mismas y, fundamentalmente, compartiendo y aprendiendo en cada una de ellas; estrenamos esta nueva forma –para nosotros-, de publicar.

Por ello le damos nuestro mayor agradecimiento a todos aquellos que nos hicieron llegar sus opiniones y comentarios para intentar mejorar el sitio.

Entonces, vamos a seguir hablando de lo que empezamos unos días atrás:

Metodología del entrenamiento

Si hablamos de método, bien podemos hacer referencia a una forma ordenada y sistemática de hacer algo o, dicho de otra manera: un procedimiento que seguimos para conseguir algo. Por otra parte, entrenar, es una palabra que hace referencia a la preparación de alguien para una determinada cosa.


Entonces, con estas definiciones, podemos concluir que la metodología del entrenamiento está relacionado con un procedimiento que seguimos para preparar a una persona en una determinada actividad.

En nuestro caso, como profes de Educación Física, es fácil acotar un poco más esa definición haciendo alusión a una actividad deportiva. Sin embargo, nuestra propuesta, intenta ser un poco más ambiciosa y abarcador a la vez: nosotros pretendemos llevar adelante un método pero que sirva más allá del ámbito deportivo.

Entonces cualquier lector podría interpelarnos y preguntar ¿para qué?

Entrenar un método
  
Dado que nuestro deseo es trabajar en el entrenamiento vinculado a la salud, las actividades propuestas, las preguntas a realizar, el seguimiento del progreso efectivo y la conclusión de los objetivos No pueden ser meramente deportivos.

Y ello es así porque creemos que no alcanza con una buena sesión de entrenamiento funcional, muscular o técnico para conseguir mejoras integrales en la salud.

Está claro que cada persona es dueña de sí misma y, por lo tanto, por más lectura y recomendación que reciba; puede hacer caso omiso o dejar de lado cualquier cosa que no crea conveniente o que no le venga en ganas.

No obstante, consientes de nuestro propio deseo y quehacer, vamos a trabajar en los distintos campos y con las limitaciones que existan allí. Y esto se debe a que la Educación Física, como campo multidisciplinar, debe trabajar en pos de ello y no al revés.

Entonces, planteamos aquí, un gran primer paso: entrenar un método. Esto quiere decir que proponerse mejorar la calidad de vida requiere de una preparación para ordenar y sistematizar algunas acciones (mejor dicho, algunas costumbres).

Como decíamos más arriba, aquí se trata de buscar un objetivo más integral, por tanto, podemos empezar a hacer este entrenamiento con lagunas cosillas cotidianas: utilizar las escaleras en lugar del ascensor (¡no las escaleras mecánicas del subte!); hablar tranquilamente en lugar de gritar; intentar no explotar ante cualquier situación adversa; acompañar una rica comida con un vasito de vino en lugar de los tres cuartos; dejar de una vez por todas el cigarrillo… y así podríamos seguir enumerando todas esas cosas que nos hacen, si nos permiten ponernos aristotélicos, seres virtuosos.

Pues bien, en este camino, vamos a volver a publicar algunas notas con información que creemos de importancia para transitar la senda. No queremos con ello caer en la soberbia ni intentar una receta magistral para buscar perfeccionismos ilusorios.

Si pretenderemos que, ustedes y nosotros juntos, podamos conseguir una buena salud entrenando todos los aspectos necesarios para tener una buena vida.

Sean muy bien venidas las nuevas y renovadas notas, sugerencias y comentarios!

¡Hasta la próxima!

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